De paseo

Paraíso verde: mi travesía en el Amazonas

Feroces serpientes y caimanes, insectos gigantes, pirañas monstruosas, plantas carnívoras, todos esperando devorar al despistado turista, hace parte del imaginario que se evoca al pensar en la selva amazónica Nada más alejado de la realidad. Mi viaje a este mágico lugar me permitió abrir los ojos y la mente a su exuberante belleza y comprender que lo realmente abrumador, además de sus imponentes paisajes y su maravilloso pueblo, son las fantásticas leyendas y mitos que lo envuelven. 
La riqueza de fauna y flora concentrada en la región Amazónica es incalculable, teniendo en cuenta que alberga especies que aún no han sido clasificadas. 
[Fotografia de Jairo Ariza].(Amazonas.2016)


Mi camino hacia el pulmón del mundo, inicia en Leticia, una ciudad pequeña en tamaño pero inmensa en calidad humana. Su pueblo sencillo, da la bienvenida al turista con una sonrisa en sus rostros, siempre con una palabra amable para el nuevo visitante. Es temporada de verano (julio a diciembre) y el clima cálido, invita a beber un delicioso jugo de sus frutas típicas, el arazá y el copoazú. 


Cada paso permite el descubrimiento de especies exóticas de toda forma de vida. En la imagen, unos hongos cubren un tronco caído.
[Fotografia de Jairo Ariza].(Amazonas.2016)

Me embarco en un bote, hacia la comunidad de Santa Sofía. Una hora viajando a través de un majestuoso río que, con el paso de los minutos, va abriendo su cauce hasta mostrar porque es el más caudaloso del mundo. Santa Sofía es una comunidad, de las muchas que integran el Amazonas, sencilla pero con una riqueza humana y cultural indescriptible.

Río Amazonas, Colombia.
[Fotografia de Jairo Ariza].(Amazonas.2016)

Caminando un par de kilómetros adentro, se halla la reserva natural Tucuchira, donde se aprecian varios monos en su entorno natural. Es un lugar en medio de la selva rodeado por majestuosos árboles que se erigen, circundados por plantas exóticas, cada una de las cuales tiene su propia leyenda y un uso para los nativos del lugar. El sonido de la selva es sobrecogedor. Se mezcla el cantar de las aves, con el llamado de monos y el zumbido de insectos que alertan sobre nuestra visita. La sensación es indescriptible. Muestra lo insignificantes que somos y los recursos con los que contamos y que pocas veces advertimos. Es un paraíso en la Tierra, que nos hace reflexionar sobre la acción destructiva del hombre. 

Los monos bebeleche, muy comunes en la selva amazónica, ocasionalmente acceden a ser alimentados por personas.
[Fotografia de Jairo Ariza].(Amazonas.2016)


Cae la noche, no hay electricidad y el orbe celeste muestra su esplendor. En la ciudad es imposible observar un cielo así. Nos abrimos paso a través del oscuro bosque y con la luz producida por linternas se observan animales nocturnos que hacen su aparición. Múltiples insectos se posan sobre las cortezas y hojas de los árboles, encontramos ranas e, incluso, tarántulas que temen más de nosotros que nosotros de ellas. Esa noche transcurre con un indescriptible descanso arrullado bajo el canto de la selva.

Las tarántulas, otra de las especies que ocultan las sombras de la noche en la selva amazónica.
[Fotografía de Jairo Ariza].(Amazonas.2016)

Ya en la mañana tomo un bote que me conduce a una nueva comunidad, la de Mocagua. Allí visito el caserío y la fundación Maikuchiga (significa historia de micos, en lengua Tikuna). Esta fundación rescata monos incautados y los retorna a su hábitat. Inquietos monos capuchinos, ardilla y churucos, se acercan con curiosidad a nosotros y terminan sobre nuestros hombros. La mezcla de gracia, picardía y ternura que evocan estos animales me desarman afectivamente. Es invaluable la labor que esta fundación brinda, a pesar de que el Estado les ha retirado los ya limitados fondos con que contaban. Las comunidades indígenas se organizan para tratar de preservar lo que aún queda. Una labor loable.

El saimiri o mono ardilla, es una de las especies protegidas en la Fundación Maikuchiga, en la comunidad Mocagua, Amazonas.
[Fotografia de Jairo Ariza].(Amazonas.2016)



Inicio nuevamente camino, esta vez hacia el "pesebre natural" como es conocido Puerto Nariño, un municipio del Amazonas colombiano. El río es la autopista por la que transitan embarcaciones de distintos tamaños. Consigo ver delfines grises y rosados que saltan del agua con gracia. Me sumerjo en el río, donde un refrescante baño, renueva mi mente y cuerpo.


Se observa imponente, la Victoria regia, el loto más grande del mundo, cuyas hojas soportan un peso considerable. También se aprecia el inmenso pirarucu, el pez de río más grande, que puede alcanzar una longitud de hasta tres metros. Guacamayas, halcones, águilas y varios tuqui tuqui (pollo de la selva) se observan desde la distancia. Me permiten pescar de manera artesanal un par de voraces pirañas que, con sus afilados dientes, cual cuchilla, se acercan ante la presencia de sangre para alimentarse.

La Victoria regia, una de las plantas más representativas de los lagos del Amazonas. 
[Fotografia de Jairo Ariza].(Amazonas.2016)

Regreso a Leticia finalizando esta aventura, que más allá de los datos estadísticos y geográficos, récords o cifras, me brinda una visión de la perfección de la naturaleza. Ir al Amazonas es permearse de la inigualable magia, comida, cultura e incalculable riqueza tanto humana como natural que tenemos a menos de dos horas de vuelo en esta hermosa región colombiana, y que muchos como yo, desconocíamos hasta hace poco.

Jairo Alonso Ariza

Magister en Edumática

Presa seca de Cantarana

En la localidad de Usme también se encuentra otro atractivo desconocido quizás, para muchos habitantes de Bogotá: El Parque Distrital Presa Seca de Cantarrana, un referente como reserva ambiental, espacio público de recreación, aula ambiental e impresionante obra de ingeniería.Esta presa tiene la capacidad para almacenar cerca de 2.4 millones de metros cúbicos de agua.
Este parque es administrado por la Empresa de Acueducto de Bogotá y alberga una presa construida en 2007 con el propósito de mitigar el riesgo de inundaciones por las crecientes del río Tunjuelo, que afectaba hasta entonces a los habitantes de las localidades de Usme, Tunjuelito y Ciudad Bolívar.
Este parque que hizo parte del recorrido realizado en el marco de la Semana ambiental, se ha convertido en un aula ecológica para la educación y conciencia del uso racional de los recursos hídricos, la reforestación y agricultura urbana, mediante la conciencia, apropiación y participación, al contar con el acompañamiento y trabajo de profesionales de la Empresa de Acueducto de Bogotá. Además de la obra de ingeniería, cuenta con una zona de reserva forestal, que genera un pulmón verde y de espacio público, teniendo también cicloruta, miradores, senderos ecológicos, que congregan grupos de jóvenes.



Embalse de la Regadera

Este embalse, localizado al sur de Bogotá, queda en la zona del Sumapaz. Está ubicado en uno de los más bonitos páramos casi vírgenes que quedan en nuestro país. Es el manantial en el cual nacen muchos de los ríos que recorren el centro del país, como el Tunjuelo, el Sumapaz y muchos otros que van hacia el Huila, Caquetá y los llanos.



Este importante embalse, junto con el de Chisacá, son componentes del sistema sur de abastecimiento del acueducto de Bogotá que a través de la Planta El Dorado, permiten el suministro de agua potable para la localidad de Usme.
Para el ingreso al lugar es necesario contar con autorización escrita de la Empresa de Acueducto de Bogotá, así como para hacer uso del servicio de pesca que ofrece este embalse, construido en los años 50. La programación de la semana ambiental incluyó una visita por parte de algunos estudiantes a este importante y hermoso lugar.


Quebrada Yomasa


Cuenca que nace en el sur oriente de Bogotá, queda cerca al antiguo camino a Chipaque; desmboca en el río Tunjuelo y recorre varios barrios de la Upz Gran Yomasa ubicada en la localidad de Usme. Hace algunos años satisfacia necesidades de la comunidad aledaña (baño, cocina, alimentación, etc.).



Esta quebrada llegaba al nivel de lo que ahora es la avenida, alrededor de ella habían sauces llorones y gran variedad de aves como lo era el "chirlovirlo"

En cuanto a la contaminación el río Tunjuelito, la quebrada Chiguaza, Yomasa, Bolonia y Santa Librada son las fuentes mas afectadas y unas de las posibles causas pueden ser:
  • Disposición inadecuada de residuos sólidos por bajo cubrimiento de recursos de aseo que se debe entre otros motivos por falta de vías de acceso para carros recolectores y por el mismo subdesarrollo. 
  • En zonas de alcantarillado no hay separación entre aguas lluvias y aguas negras en donde estas no tienen ningún tratamiento. 
  • Vertimiento de aceites usados a las cañerías. 
  • Utilización de agroquímicos en cultivos, propiciando riesgos biológicos y químicos para la población como se puede destacar la presencia de diarreas severas y enfermedades en la piel. 
  • Se han arrojado residuos industriales como materiales de construcción y de desecho sobre los ríos y quebradas. 
  • Disposición inadecuada de basuras domésticas y vertimiento de aguas negras, lanzadas a los ríos y botaderos informales a cielo abierto, generando problemas de salud con la proliferación de mosquitos, ratas, olores molestos.


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